La casa es un atractivo turístico para los forasteros, sobretodo los más jóvenes, que se animan a pisar las calles de la ciudad fría, la ciudad blanca, Pamplona.

Cuando estuve allí en Noviembre del año pasado, como si fuera algo típico o representativo de la ciudad, unos muchachos, al parecer estudiantes de la Universidad de Pamplona, se ofrecieron a mostrarnos la casa y a contarnos la historia.

Queda mucho más arriba de la plazuela  Almeyda, en frente de la entrada principal del batallón. Su apariencia es tenebrosa por fuera. Tiene vidrios rotos y un estilo bastante antiguo, además de que gran parte es cubierta por un viejo árbol.

Según la historia que nos contaron, la casa pertenecía a un poderoso Narcotraficante de la región, quien adentro asesinó a muchas personas. Tiempo después fue capturado y todos sus bienes pasaron a manos del estado, incluyendo la casa, quien actualmente se encuentra abandonada, y la custodian soldados del batallón, quien apenas ven a turistas acercarse, advierten que están en propiedad privada y que no se pueden quedar mucho tiempo en dicho terreno.

 

A pesar de la fuerte seguridad que rodea a la casa, han habido personas que han logrado entrar. Como se evidencia en las fotografías, las ventanas, aparte de no tener vidrios, son muy grandes y perfectamente caben personas. Afuera también hay una especie de "ventana pequeña" que comunica al exterior con el ático de la casa, donde se dice que hay un pentagrama dibujado en el piso, y se han hecho muchos cultos y encuentros satánicos.

 

La casa es un atractivo turístico bastante importante en épocas de Halloween, pues, según lo que se comenta, es por esas fechas donde gente que logra entrar realiza sacrificios y todo tipo de rituales satánicos, como el contacto con espíritus que habitan la casa.